Las medidas de ahorro del agua que utilizamos a diario contribuyen a utilizar en forma más racional un recurso escaso, y al mismo tiempo permite colaborar con la calidad de los servicios de saneamiento al aligerar su carga de trabajo, y disminuir los gastos del edificio.
Está demostrado que el consumo de un metro cúbico de agua emite 175 gramos de CO2 a la atmosfera, 25 gramos por la captación, 25 por la distribución y 125 por la evacuación y depuración.
Además, cuando hablamos de agua caliente, dichas emisiones y gatos energéticos son mayores ya que requieren de equipos que consumen energía.
Como medidas generales se proponen:
- Instalar economizadores de agua a la salida de los grifos.
- Controlar el goteo de los grifos.
- Controlar horarios de riego. La hora más apropiada para regar es entre las 4 y 8 de la mañana debido a que durante esas horas la presión en la red es más alta, la dispersión provocada por el viento es baja y las pérdidas por evaporación son despreciables.
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