Medidas de ahorro en climatizacion

En los ámbitos técnicos, tradicionalmente, nos referimos a la climatización al hablar de la generación, tanto de calor o frio, destinada a conseguir en control de la temperatura y humedad en el interior de un edificio.

El gasto energético destinado a climatización ha aumentado progresivamente con el desarrollo de la tecnología, y a medida que la sociedad exige gradualmente mejores condiciones de confort. Tanto es así, que representa el consumo principal de energía en buena parte de los edificios de viviendas y terciarios actuales.

Por tanto es de vital importancia la toma de medidas en el sistema de climatización a la hora de conseguir mejoras en la eficiencia energética de los edificios.

Muchas de estas medidas deben tomarse en fase de proyecto, previo a la realización del propio edificio. Aspectos como la calidad de los aislamientos, el carácter bioclimático de un edificio, son extremadamente difíciles de modificar una vez terminada la construcción del edificio.
Sin embargo, existe una serie de medidas que todos podemos adoptar, para reducir el consumo en un edificio.

• Fijar las temperaturas de consigna de los termostatos a 21º C en invierno y 26º C en verano. Estos valores son recomendaciones del IDAE y están destinados a evitar consumos desproporcionados. Como referencia, se suele considerar que disminuir (o aumentar en verano) la temperatura de consigna en 2º C, conlleva un ahorro del 5% del gasto en climatización en un edificio.
• Bloqueo de los termostatos de regulación en los edificios públicos, de forma que únicamente puedan ser manipulados por el responsable de la instalación.
• Incorporar termostatos con programación horaria y semanal, que permiten adaptar la curva de carga de la instalación y las horas de funcionamiento de la instalación a las necesidades reales.
• Sectorizar el edificio, climatizando únicamente las zonas en uso, lo que garantiza el correcto confort por parte de los usuarios a la vez que evita gastos innecesarios.
• Cerrar puertas de las estancias que no se empleen para mejorar el control climático del edificio, aprovechando la inercia de las diferentes estancias y eliminando fugas y pérdidas.
• Comprobar el correcto funcionamiento de las persianas, toldos, cortinas,… utilizándolas para regular de forma adecuada el edificio, dejando entrar el sol en invierno, evitando su entrada en verano. De igualmente, se puede valorar la colocación de filtro solares en cristales los cristales de las ventanas más expuestas a la radiación solar.